Mirando bajo el agua
Estuvimos en el Festival Rizoma a principios de julio. Se celebró en Molinicos un pequeño pueblo de la provincia de Albacete, famoso por que en él se rodó hace 22 años un mítica película del cine español Amanece que no es poco.
Allí, quisimos rendir un personal homenaje a la película, dejandos un ejercito de seres de luz, que perfectamente pudieran haber formado parte de la ambientacion surrealista de la película, y que durante una semana custodiaron los dos arrollos que discurren por el pueblo.
80 presencias iluminadas poblaron las aguas, observando sin perder detalle lo que bajo ellas pasaba, conviviendo en armonía con peces, patos, niños bañándose y vecinos en general, que se acercaban con frecuencia, primero curiosos y una vez familiarizados con los personajes flotantes, interesados en saber si todo seguía en perfecto estado.
Nuestra instalación Presencias flotantes cumplio un bonito fin, hacer que la parte baja del pueblo, menos frecuentada, se convirtiera por una semana en centro de reunión de los vecinos.
A la semana la instalación fue desmontada sin que ninguno de los seres de luz hubiera sufrido baja ni deterioro. El río quedó completamente limpio y sin contaminar.
Una bonita experiencia de convivencia en el entorno rural donde conocimos a interesante gente local y también disfrutamos de un estupendo festival de cine y música con amigos.
Gracias a Sonia y Gabriela por invitarnos.
Tiempo de montaje: 24 horas.
Daños ocasionados: 0.
Permanencia de la intervención : 1 semana.
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At the beginning of July we took part in Rizoma Festival, in Molinicos, a small village in the province of Albacete, famous for the shooting of a film 22 years ago: the mythical Spanish film called Amanece que no es poco.
There in this town in the eastern mountains of La Mancha, we set ourselves to the task of leaving an army of lit beings, which could have formed part of the surrealist atmosphere the film depicts, and they guarded the streams that flow through the town.
80 lit presences populating the water, and observing with all attention what passed by them. All living in harmony among fish, ducks, children bathing and also neighbours. The villagers came closer, first curious, and then when they were more used to the floating characters, they wanted to assure themselves all was in perfect state.
Our installation Floating Presenses achieved a lovely aim: making the less frequented lower part of the town the centre for neighbours to meet at least that week.
A week later the installation was dismantled and none of the lit beings was hurt or damaged. The river was left clean and unpolluted.
A beautiful experience in a rural environment where we met interesting local people and enjoyed this great film and music festival with friends,
Thanks to Sonia and Gabriela for invinting us.
Time of installation: 24 hours.
Damages: none.
Exhibition time: 1 week.