Madrid pasada por agua y sangre


























Mucho hemos hablado ya de lo que pasa en las sufridas calles de Madrid, obras una y otra vez, publicidad invasiba en un espacio público, donde se comercia con cada centímetro de suelo para eventos privados, casetas de feria y exceso de terrazas para el consumo sólo del que paga.

Además está el tema de la basura en la calle, de la orina por todos lados, de la falta de verde y de la falta de arte, del tráfico... y mil cosas más que nos condicen a pensar que vivimos en una ciudad que está en carne viva, herida y postrada casi de muerte y a la que el más pequeño roce produce una hemorragia difícil de contener.

Y eso es lo que hemos querido escenificar con esta pequeña acción llamada Hemorragia urbana, que llevamos a cabo el martes 20 de octubre en el barrio de Malasaña de Madrid.

Esperamos a un día de fuertes lluvias y salimos a buscar charcos en el pavimento. Elegimos una zona conflictiva, la Plaza del 2 de Mayo en el pasado escenario del famoso y sangriento fusilamiento de 1808 y en el presente ya que allí se siguen representando escenas de violencia y represión, contra los que beben en la calle.

Solo tuvimos que teñir el agua de rojo y poner nuestras luces dentro, para simular que la sangre se deslizaba por el pavimento, creando un efecto de lo más dramático. Mientras llovía, parecía que el agua caía roja del cielo y cuando paraba, era como si el suelo supuraban sangre que se deslizaba hasta las alcantarilla.

A los pocos minutos, la gente que pasaba por la calle se había llevado las luces y unas bonitas manos de color rojo. El tinte, por supuesto, era comestible.

Gracias a Gustavo por las estupendas fotos, pasadas por agua y a Raquel Sakristán que nos echó una manita en las labores de sangrado.

Tiempo de montaje: 2 horas.
Daños ocasionados: 0.
Permanencia de la intervención: 20 minutos.
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We have already spoken at length about what happens in the long- suffering streets of Madrid, construction time and time again, publicity invading public spaces, where they sell every square centimetre for private events, stalls and an excess of terraces for consumption by those that can pay.

Also, there is the issue of garbage in the streets, urine everywhere, the lack of green and the lack of art, the traffic… and a thousand more things which condition us to think that we live in a city that is raw, hurt and prostrated almost to death and to which the slightest graze produces a hemorrhage which is difficult to contain.
And that is what we wanted to dramatize with this little action called Urban Hemorrhage that we carried out on Tuesday the 20th of October in the neighborhood of Malasaña in Madrid.

We expected a day of heavy rain and we went out to look for puddles on the pavement. We chose a conflictive zone, the May the 2nd Plaza, in the past the scene of the famous and bloody execution of 1808 and in the present scenes of violence and repression are still being played out there against those that drink in the streets.

We only had to dye the water red and put our lights in it to simulate the blood that flowed over the pavement, creating a most dramatic effect. As it rained, it seemed that the water fell red from the sky and when it stopped, it was as if the ground was seeping blood that was flowing to the sewers.

In only a few minutes, the people who were walking through the streets had carried away the lights and pretty red colored hands. The dye was, of course, edible.

Thanks to Gustavo for the fantastic photos, covered in rain and to Raquel Sakristán who gave us a hand with the labors of bleeding.

Time of installation: 2 hours.
Damages: none.
Exhibition time: 20 minutes
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Instalación para no dormir



























luz interruptus from blv art on Vimeo.



Nuestra intervención para el festival BLV- Art de Bilbao, Obras que se quedan a vivir quería poner una llamada de atención sobre la realidad de muchas ciudades españolas en las que las obras públicas no se acaban nunca, incidiendo una y otra vez sobre las mismas zonas y dejando a los vecinos en constante estado de sobresalto.

Para llevarla a cabo, usamos 25 vallas de contención, colocadas en línea, frente a una de esas obras interminables, concretamente la de la Plaza Corazón de María que lleva desde el 2006 medio parada.

Unidas a esas 25 vallas, que hacían las funciones de cabecero, queríamos colocar los correspondientes somieres hechos de cartón, con sus sábanas y almohadas iluminadas, además otras tantas luces de obra, harían las veces de lamparillas de noche.

Pero tristemente no pudimos concluir la instalación, ni siquiera con la ayuda de varios voluntarios adultos y muchos niños que en ese momento estaban en la plaza. Porque mientras nosotros montábamos por un lado, muchos de los que allí se congregaban, atraídos por el resplandor de nuestras luces, se dedicaron a quitar todo lo que brillaba, para acabar destruyendo por completo, lo que con tanto esfuerzo habíamos construido.

Las fuerzas vivas de la ciudad, que también andaban por allí, no pudieron evitar que en menos de dos minutos todo fuera destrozado y no quedara, ni una luz, ni un edredón, ni una almohada, sanos y salvos.

Nuestra instalación, claramente, no era la más adecuada para un barrio como el de San Francisco, ahora deprimido y degradado, pero sobre el que se cierne un proceso de gentrificación bastante evidente, al que muy a nuestro pesar, hemos contribuido un poquito.

Menos mal que algo hemos aprendido de todo esto...

Las fotos de todo el proceso de montaje y destrucción, fueron tomadas, como no, por nuestro inseparable Gustavo Sanabria.

Tiempo de montaje: 52 horas.
Daños ocasionados: 0.
Permanencia de la intervención: o minutos.


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Our installation for the BLV- Art Festival in Bilbao called 'Works that are here to stay' aimed at attracting people´s attention to the reality of many Spanish cities, where public works are never-ending and affect always the same areas, leaving neighbours in a constant state of fright.

In order to carry it out we used 25 road fences, all in line, just opposite the never-ending works in Plaza Corazón de María which has been in stand-by since 2006.

Used as bed headboards, the 25 fences were joined to each matress made of cardboard, and illuminated sheets and pillows. In addition to thiese, some road works lights replaced the traditional bedside table lamps.

Unfortunately, we were unable to finish the installation, not even with the help of several adult volunteers and lots of children who were in the square. While we installed the parts at one end, many of the people -drawn by our lights- gathered at the other end and were busy picking the lights and finally destroying completely what we had with so much effort accomplished.

The live forces of the city, who we also around, could not avoid the whole installation being smashed into pieces in less than two minutes and nothing was left untouched: not even a light, a duvet or a pillow.

Our installation was obviously not the right for a neighbourhood like San Francisco, now a depressed and deteriorated area. But it is clearly undergoing a process of gentrification, to which we have also contributed, unintentionally..

At least we have learnt a lesson from this experience...

The photos of the different steps of installation and immediate destruction were taken by who else but our inseparable photographer Gustavo Sanabria.

Time of installation: 52 hours.
Damages: none.
Exhibition time: 0 hours
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